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a
SEMANA
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inTerpreta
«¿Qué puedo hacer por ti?»
A
unque Nehemías ya había orado durante unos cuatro o cinco meses, elevó una
plegaria de emergencia en cuestión de segundos cuando el rey le hizo la pregunta
clave (vers. 4). Esa oración urgente no reemplazó las súplicas que había realizado
durante varios meses, ni es tampoco un modelo para nuestras oraciones de adora-
ción o para nuestras meditaciones personales. Las oraciones «de emergencia» son
para momentos de gran dolor, tentación y estrés. Nos recuerdan que a Dios no le
incomoda escucharnos (ver Sal. 94: 9; Mat. 6: 6). El Espíritu Santo respondió a la
oración de Nehemías y le dio las palabras correctas.
La respuesta de Nehemías también revela que estuvo haciendo planes durante
sus meses de oración.
La planificación que es fruto de la oración tiene garantizado
el éxito, en contraste con la planificación que concluye con una oración
. Nehemías
había pensado bien las cosas: hablaba de un período de tiempo determinado, lo
cual lo llevó a solicitar una ausencia temporal y no un abandono de su puesto en la
corte (ver Neh. 2: 5).
Curiosamente, la reina también estaba presente (ver Neh. 2: 6). Nehemías tuvo
que ejercer tacto para que el rey no se sintiera amenazado, de ningún modo ofen-
dido o incomodado. Acompaña sus peticiones con la frase: «Si a Su Majestad le
parece bien» y se identifica a sí mismo como siervo del rey que quizá ha «alcanzado
su favor» (vers. 4). Nehemías posee el don de percatarse de lo que implica una situa-
ción y el don del discernimiento espiritual.
La solicitud de Nehemías abarca tres aspectos:
1.
Apoyo legal.
Nehemías obtiene el permiso y el consentimiento del rey para eje-
cutar y completar su proyecto, siguiendo todos los protocolos y la ley. Necesita
el respaldo del rey, su firma y las credenciales regias.
2.
Seguridad.
Pide que les entreguen cartas a los gobernadores que estaban de ca-
mino a Judá. Nehemías necesitaba una escolta militar para su legitimidad y segu-
ridad, dado que el viaje era a un lugar distante.
3.
Suministros.
Nehemías ya había investigado lo que necesitaban. Se menciona el
nombre del encargado del bosque del rey, la ubicación del bosque y la lista de
suministros que necesitaría (ver Neh. 2: 8). Nehemías solicita materiales de la más
alta calidad para el proyecto del Señor.
Al serle otorgada su solicitud, Nehemías no atribuye su éxito a sus oraciones,
planificación, inteligencia, tacto o posición. Todo lo contrario: reconoce la acción
de la mano de Dios (ver Neh. 2: 8). A pesar de haber tenido una educación persa, la
elocuencia de un noble, la intuición de un copero y la ambición de un político,
Nehemías le da la gloria a Dios.
Nehemías oró y planificó durante meses pero, en el momento crítico, volvió a
orar una vez más antes de aplicar lo que llevaba tiempo pensando. Las oraciones, ya
sean largas y en voz alta, o breves y en silencio, tienen poderosos efectos.
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