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Lección 11 | Domingo 8 de diciembre
LOS DIRIGENTES DEL TEMPLO SE CORROMPEN
Nehemías 13 comienza con una preocupación respecto de los extran-
jeros/idólatras amonitas y moabitas en medio de ellos (Neh. 13:1-3). Estos
versículos no hablan de expulsar a gente de otra nación o raza que seguía a
Dios, sino de expulsar a quienes tenían una fe diferente: no a los conversos,
sino a los idólatras. (Ver, además, Deut. 23:3–6.)
Lee Nehemías 13:1 al 9. ¿Quiénes eran Eliasib y Tobías? ¿Por qué es
inaceptable lo que hicieron? Analiza Nehemías 2:10 y 19; 3:1; 12:10 y 22;
y 13:28.
Tanto Eliasib como Tobías sonfiguras conocidas en el libro deNehemías.
Eliasib era el sumo sacerdote de la nación, y también estaba a cargo del
Templo. Se menciona a Tobías como el enemigo amonita de Nehemías que
se opuso vehementemente a su trabajo en Jerusalén. La alianza de Eliasib
y Tobías sugiere una relación establecida a través del matrimonio.
Aunque no se han conservado los registros de la conexiónmatrimonial,
sabemos que Tobías tenía unnombre judío (que significa “el Señor es bueno”)
y, por lo tanto, muy probablemente haya sido de origen judío. Se cree que los
familiares de su esposa, los descendientes de Ara, aunque no se los identifica,
estaban emparentados con la familia de Eliasib. Además, Sanbalat el horo-
nita, el otro adversario de Nehemías, tenía una hija que estaba casada con
el nieto de Eliasib. Por lo tanto, el círculo de intriga alrededor de Nehemías
debió haber sido intenso, ya que los funcionarios de más alto rango de la
región estaban emparentados y aliados contra el liderazgo de Nehemías.
Durante la ausencia del gobernador, el sumo sacerdote le dio aTobías una
de las habitaciones del Templo que estaba destinada a guardar el diezmo,
los regalos y las ofrendas. A Tobías se le otorgó residencia permanente en
el Templo, una forma de establecerlo como uno de los líderes de la nación.
Los enemigos de Nehemías finalmente lograron lo que siempre quisieron:
desplazar aNehemías y asumir el liderazgo ellosmismos. Afortunadamente,
Nehemías no iba a quedarse sentado sin hacer nada.
El pueblo de Dios a lo largo de la historia sagrada (los judíos del antiguo Israel o los
cristianos que los siguieron durante y después de la época neotestamentaria) ¿se
dejaba engañar muy fácilmente? ¿Cómo podemos evitar sus errores?