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86 LECCIÓN DIEZ

Experimentando la historia

Personajes:

Ángel Gabriel, Zacarías,

María.

La historia está relatada

desde la perspectiva del

ángel Gabriel. Invite a

alguien a vestirse de ángel Gabriel para que relate la

historia o para que represente el papel mientras

usted la relata. Invite a un hombre adulto de mayor

edad para que represente el papel de Zacarías y a

una joven adolescente para que represente a María.

Relate la historia

Me llamo Gabriel. Soy uno de los ángeles

principales del cielo. He visto muchas cosas, pero la

más emocionante es algo que sucedió hace dos mil

años. Todo comenzó cuando Dios me pidió que

entregara tres mensajes muy especiales.

Después de que Adán y Eva pecaran, sabíamos

que Dios tenía un plan para arreglar las cosas.

Ahora había llegado el tiempo. Casi no podía

esperar para entregar esos mensajes.

Al primero que visité fue al anciano sacerdote

llamado Zacarías, que se encontraba sirviendo en el

templo de Jerusalén. Los sacerdotes se turnaban

para hacerlo y esa semana le tocaba a él. Él y su

esposa Elisabet amaban a Dios y lo servían

fielmente. Lo único que los entristecía es que no

habían tenido hijos. Pero eso iba a cambiar.

Esperé hasta que Zacarías entró en el templo a

quemar incienso en el altar. Entonces me puse

frente a él. Cuando aparecí al lado del altar, Zacarías

parecía asombrado y temeroso.

Entonces le dije:

—No tengas miedo, Zacarías. Te traigo buenas

nuevas. Dios ha escuchado tus oraciones. Tu esposa

va a tener un bebé. Debes ponerle por nombre

Juan. Muchos estarán felices y celebrarán su

nacimiento.

Será grande a los ojos de Dios. No debe nunca

beber vino ni ninguna otra bebida alcohólica. Desde

el día que nazca va a estar lleno del Espíritu Santo.

Guiará a muchas personas a experimentar un

cambio en su vida volviendo a Dios y las ayudará a

prepararse para la venida del Señor.

Zacarías me miró y pude ver en sus ojos la

pregunta que quería hacerme:

—¿Cómo puedo saber que es verdad lo que estoy

escuchando? Tanto mi esposa Elisabet como yo

somos viejos. ¿Cómo podemos tener un hijo?

Afuera, en el atrio, todos se preguntaban qué

había pasado con Zacarías. Generalmente el

sacerdote que quemaba el incienso regresaba

inmediatamente. Pero Zacarías no regresó por un

buen rato. Y cuando lo hizo, no podía hablar. Trató

de decirle a la gente lo que había visto a través de

señas y todos entendieron que había visto una

visión.

Todo sucedió como Dios lo había planificado.

Cuando Elisabet tenía seis meses de embarazo, fui

enviado a Nazaret a hablar con uno de sus

familiares, una joven doncella llamada María, que

estaba comprometida para casarse con José, un

carpintero.

Cuando me aparecí ante María, le dije

rápidamente:

—Te saludo, María, Dios está contigo.

María se sorprendió mucho. No podía creer lo

que le decía este ser extraño, así que continué

diciéndole:

—No tengas miedo. Dios está complacido contigo

y te va a dar un hijo. Debes ponerle por nombre

Jesús. Será conocido como el Hijo de Dios y reinará

sobre un reino que nunca va a terminar.

María no dudó de lo que le anuncié, solo se

preguntaba cómo todo eso podría ser posible.

—Dios te va a enviar su Espíritu, de manera que

el niño que va a nacer será el Hijo de Dios —le

expliqué—. Tu prima Elisabet también va a tener un

bebé. Ya tiene seis meses de embarazo. Nada es

imposible para Dios.

María respondió humildemente:

—Soy la sierva de Dios. Sea hecho como Dios

quiere. Estoy dispuesta a hacer mi parte.

Después de un tiempo fui a visitar a José, el

hombre con quien María se iba a casar. Le dije a

2

Necesita:

• vestimenta de

tiempos bíblicos

• manto blanco

(para ángel)

Lección bíblica