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46 LECCIÓN CINCO

Experimentando la historia

Mientras lee o relata la historia haga que sus

alumnos participen haciendo los siguientes

ademanes:

Cuando diga: Los alumnos:

Daniel

Alzarán los dos pulgares.

Ananías

Alzarán tres dedos

.

Azarías

Alzarán tres dedos

.

Misael

Alzarán tres dedos

.

Nabucodonosor

Señalarán hacia abajo con los

pulgares

.

Dios

Señalarán hacia arriba.

Relate la historia

El pueblo de Israel se había olvidado

nuevamente de

Dios

. Pero unas cuantas personas

todavía amaban y adoraban al

Dios

verdadero. La

familia de

Daniel

estaba dentro de ese grupo.

Cuando

Daniel

nació, sus padres le dieron un

nombre especial. Querían recordarle que fuera

siempre fiel a

Dios

. El nombre «Daniel» significa

«

Dios

es mi juez». Sus padres deseaban que supiera

que no importaba tanto lo que la gente a su

alrededor hiciera o dijera. Lo único que realmente

importaba era que

Dios

estuviera satisfecho con lo

que hacía

Daniel

. Al crecer,

Daniel

decidió que iba

a honrar su nombre y a servir solamente a

Dios

.

Puso a

Dios

en primer lugar en todo lo que hacía.

Dios

era lo primero para él al cumplir sus tareas

más pequeñas y también las más grandes.

Daniel

deseaba ser un siervo de

Dios

, así como lo había

sido Samuel.

Daniel

vivía en Jerusalén, la capital de Judá. El

rey Joaquim también vivía en Jerusalén. El rey no

adoraba a

Dios

. Más bien animaba a la gente a

adorar ídolos. Construyó templos a dioses extraños

y guio al pueblo de Israel a celebrar las fiestas de

esos dioses.

Daniel

decidió que pasara lo que

pasara, el malvado rey Joaquim no lo iba a obligar

nunca a hacer el mal.

Daniel

no estaba solo. Tenía

tres amigos:

Ananías, Misael

y

Azarías

, quienes

deseaban también que Dios fuera lo primero en su

vida.

El rey

Nabucodonosor

de Babilonia estaba

construyendo un imperio y decidió atacar Jerusalén.

Pronto derrotó al ejército hebreo, entró victorioso a

la ciudad y capturó al rey Joaquim. Su ejército entró

entonces al templo y se llevó muchos de los vasos

de oro y otros tesoros. Mientras los soldados

recorrían la ciudad, tomaban lo que se les antojaba

de los hogares de la gente.

El rey

Nabucodonosor

tomó muchos tesoros

además de diez mil prisioneros y se los llevó a

Babilonia. Entre esos prisioneros se encontraban

Daniel

y sus tres amigos. Se los llevaron lejos de su

familia a un país extraño que no conocían. Pero

ellos se animaban unos a otros y decidieron que

cuando llegaran a Babilonia, vivirían para honrar a

Dios

pasara lo que pasara. Se ayudarían unos a

otros a tomar decisiones correctas.

Al llegar a Babilonia se le dio un nombre nuevo

a cada uno de ellos.

Daniel

llegó a ser Beltsasar.

Ananías

recibió el nombre de Sadrac;

Misael

se

llamó Mesac; y

Azarías

, Abednego. Esos nuevos

nombres honraban a dioses extraños, dioses a los

que ellos no podían adorar.

Nabucodonosor

esperaba que finalmente abandonaran su religión

hebrea y adoraran a los dioses de Babilonia.

Daniel

había perdido su hogar y su familia.

Había perdido hasta su nombre. ¿Qué le quedaba

entonces?

¡Mucho!

Nabucodonosor

y todo su ejército no podían

quitarle a

Dios.

El Señor tenía un lugar especial en

su corazón.

Daniel

tenía todo lo que necesitaba: un

Dios

amante y buenos amigos que lo animaban.

Dios

iba a recordar a

Daniel

y a sus tres amigos

que tenía para cada uno de ellos una tarea especial.

Dios

deseaba que el rey

Nabucodonosor

aprendiera acerca de él. Estos cuatro hebreos

abrirían el camino. Le enseñarían al rey

Nabucodonosor

acerca del Dios verdadero.

Para reflexionar

Conceda tiempo a sus alumnos para que

respondan a lo siguiente:

Imaginen que son uno de

Lección bíblica

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