LECCIÓN UNO 15
Un día, Dios le dijo a Débora: «He escuchado las
oraciones de mi pueblo y los voy a librar de la
esclavitud».
[Débora parece asombrada y presta
atención.]
Débora escuchó atentamente las
instrucciones de Dios
[Envía a alguien a buscar a
Barac.]
y luego le pasó las instrucciones que había
recibido a Barac.
[Actúa como si le estuviera explicando
algo a Barac.]
—Dios te manda que reúnas a diez mil hombres
en el monte Tabor. Él va a entregar a Sísara en tus
manos.
Barac tenía miedo.
[Barac parece temeroso y dice
que no con la cabeza.]
Él sabía sabía muy bien lo cruel
que era el ejército de Sísara, porque ya había
atacado el pueblo donde vivía. Pero Barac
respetaba a Débora. Sabía que Dios había hablado
a través de ella.
[Ahora dice que sí con la cabeza.]
—Si tú vas conmigo y con mi ejército —le dijo
Barac a Débora—, yo iré.
Cuando Débora aceptó ir con él, Dios le dio otro
mensaje para Barac:
[Débora asiente con la cabeza.]
—Ya que deseas que Débora vaya contigo, no
tendrás tú el honor de ganar la batalla. El honor
será para una mujer.
[Se reúne el ejército detrás de
Débora y Barac y marchan por el salón.]
Débora, Barac y los diez mil soldados no
tuvieron que pelear mucho. Al poco tiempo de salir
a la batalla, Dios derrotó a Sísara y a su ejército.
Todos abandonaron los carros y salieron huyendo.
Barac y sus hombres los capturaron y destruyeron el
ejército.
[Persiguen a un ejército imaginario.]
Pero en la
confusión, Sísara pudo escapar.
Sísara había huido a pie hasta la carpa de Jael.
[Corre hasta donde está Jael y se acerca a ella temeroso.]
El esposo de Jael era uno de sus amigos. Así que
Sísara pensó que allí estaría a salvo por un tiempo.
Sísara le pidió a Jael que le trajera algo de comer y
lo escondiera en un lugar donde pudiera descansar.
[Sísara «come» mirando hacia todos lados; finalmente se
acuesta a descansar.]
Jael sabía que Sísara era un hombre malo y
mientras dormía, ella lo mató.
[Hacer como si le dejara
caer algo sobre su cabeza.]
Y así fue como se cumplió
la profecía de Débora. Jael, una mujer, fue la que
destruyó a Sísara, no Barac.
Cuando llegaron los hombres de Barac, Jael les
mostró que Sísara estaba muerto.
[Jael lleva a Barac a
donde Sísara yace «muerto».]
Todos sabían que
estaban ahora libres de la crueldad de Sísara y
alabaron a Dios por la victoria.
[Forme una fila
y marchen por el salón proclamando «¡Alabado sea Dios!
¡Alabado sea Dios!».]
Para reflexionar
Pregunte:
¿Cómo habrían reaccionado si
Débora les hubiera pedido que pelearan contra
un enemigo muy poderoso que había reinado
durante veinte años?
(Con miedo.)
¿Por qué
piensan que Barac estuvo dispuesto a ir?
(Él
respetaba a Débora y sabía que Dios estaba con
ella.)
¿Cómo piensan que se sintió Barac cuando
vio al enemigo que huía delante de ellos?
(Avergonzado por haber tenido miedo.)
Dios
todavía está con los dirigentes actuales. Así como
Barac respetó a Débora, nosotros también
debemos respetar a nuestros dirigentes. Vamos a
repetir el mensaje de hoy:
DEBEMOS RESPETAR
A LOS DIRIGENTES QUE DIOS
HA COLOCADO EN PUESTOS
DE AUTORIDAD.
Versículo para memorizar
Pida a sus alumnos que
formen un círculo. Anote el
versículo para memorizar donde
todos puedan verlo. Lance la
bolsita de frijol a un alumno y
diga la primera palabra del
versículo para memorizar. Ese
alumno lanza la bolsita al siguiente y dice la
segunda palabra del versículo. Continúe de esta
manera hasta que hayan repetido el versículo varias
veces. Borre una palabra del versículo escrito en el
pizarrón. Continúe borrando palabras hasta que las
haya borrado todas. Si su grupo es muy grande,
forme varios grupos pequeños y provea un líder
para cada uno.
Estudio de la Biblia
Forme seis grupos pequeños. Los
alumnos que ya saben leer, o los
adultos, deben ayudar a quienes
Necesita:
• bolsita con
frijol
• pizarrón
• tiza
Necesita:
• Biblias
• papel
• lápices