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Leccióndelalumno
LECCIÓN 2
¿Alguna vez has leído unmanual de
instrucciones y no las entendiste? ¿Alguna
vez has necesitado ayuda para ensamblar
algo porque las instrucciones estabanmuy
complicadas? Aquí hay buenas noticias
para ti. La Biblia tiene instrucciones para
nuestras vidas que son fáciles de
comprender. Imaginemos que estamos
escuchando una conversación entre un
padre prudente y su hijo.
T
ras haberse alejado un poco del
palacio, apuraron el paso. Un par
de horas después, dirigieron los
caballos hacia un arrollo que había
cerca de unos árboles. Roboam y
Salomón desmontaron para que los
caballos pudieran beber
tranquilamente. Mientras tanto, el rey
y su hijo conversaron:
—Hijo mío —dijo Salomón—,
¿sabes qué es lo más importante del
mundo?
—La sabiduría —respondió
Roboam.
—Exacto—confirmó el rey—.
¿Y sabes cómo se obtiene?
—Dios nos la da si se la pedimos,
de mismo modo que te la ha dado a ti
—respondió Roboam después de
pensar un poco.
—Así es, no lo olvides —confirmó
el padre—, porque algún día tú serás
el rey. Heredarás grandes riquezas, y
no debes olvidar que «vale más tener
buena fama y reputación, que
abundancia de oro y plata»
(Proverbios 22: 1).
Roboam escuchó atentamente las
palabras de sabiduría de su padre, que
además estaban llenas de amor.
Salomón añadió:
—No olvides mis enseñanzas, hijo
mío; guarda en tu memoria mis
mandamientos, y tendrás una vida
larga y llena de felicidad. No
abandones nunca el amor y la verdad;
llévalos contigo como un collar.
Grábatelos en la mente, y tendrás el
favor y el aprecio de Dios y de los
hombres. Confía de todo corazón en
el Señor y no en tu propia inteligencia.
Ten presente al Señor en todo lo que
hagas, y él te llevará por el camino
recto (Proverbios 3: 1-6). Cuida tu
mente más que nada en el mundo,
porque ella es fuente de vida
(Proverbios 4: 23). Pon tus actos en las
manos del Señor y tus planes se
realizarán (Proverbios 16: 3). Más vale
adquirir sabiduría que oro; más vale
entendimiento que plata (Proverbios
16: 16). Por sus acciones se conoce si
un joven se conduce con rectitud
(Proverbios 20: 11). Practica la rectitud
y la justicia, pues Dios prefiere eso a
los sacrificios (Proverbios 21: 3). La
humildad y la reverencia al Señor
traen como premio riquezas, honores
y vida. El que mira a otros con bondad,
será bendecido por compartir su pan
con los pobres (Proverbios 22: 4, 9).
Cuando alcances la sabiduría, hijo mío,
no habrá nadie más feliz que yo;
sentiré una profunda alegría al oírte
hablar como es debido (Proverbios 23:
15-16). Diviértete, joven, ahora que
estás lleno de vida; disfruta de lo
bueno ahora que puedes. Déjate
llevar por los impulsos de tu corazón y
por todo lo que ves, pero recuerda
que de todo ello Dios te pedirá
cuentas (Eclesiastés 11: 9). Acuérdate
de tu Creador ahora que eres joven y
que aún no han llegado los tiempos
difíciles; ya vendrán años en que
digas: «No me trae ningún placer
vivirlos» (Eclesiastés 12: 1).
Salomón puso su mano sobre el
hombro de su hijo y añadió:
—El discurso ha terminado. Ya
todo ha sido dicho. Honra a Dios y
cumple sus mandamientos, porque
eso es el todo del hombre (Eclesiastés
12: 13).
Entonces, Roboam se giró hacia su
padre y añadió:
—¿Cómo se supone que voy a
recordar todo esto? —dijo Roboam
frunciendo el ceño.
—Lo estoy escribiendo para tu
beneficio—dijo Salomón.
—Oh—dijo Roboam, pasándose
la mano por la frente—. Yo pensaba
que tenía que memorizarlos.
—No antes de almorzar —dijo
Salomón riendo—. Aquí viene el
mayordomo con nuestra comida.
Palabras dignas de un rey