Experimentando la historia
Divida la clase en cuatro grupos, cada uno con
un adulto como asistente: los Josés, los coperos, los
panaderos, los carceleros.
Cuando usted Los niños saltan
diga: y dicen:
José
Confío en Dios.
panadero
¡Debo revisar mi pan!
copero
¡Este jugo está bueno!
carcelero
José es un buen hombre.
Que cada grupo practique saltar y decir su
parte. Diga:
Siempre que yo diga cárcel, quiero
que todos pongan sus manos como si
estuvieran agarrados de los barrotes en una
cárcel.
(Puños apretados, levantando los brazos a
la altura de los codos.)
Vamos a practicar.
(Concédales tiempo.)
Recuerden sus partes
mientras contamos la historia juntos.
Relate la historia
José
[confío en Dios]
sacudió su cabeza. ¡No
podía creer que estuviera en la
cárcel
!
[Agarrarse
de las barras.]
Ayer era el mayordomo en la casa
de su amo. ¡Hoy, su amo lo había metido en la
cárcel
!
[Agarrarse de las barras.]
José
[confío en Dios]
sabía que no había
cometido ningún error. Sabía que no merecía
estar en la
cárcel
[agarrarse de las barras].
Y
sabía algo más, una cosa muy importante. Sabía
que Dios estaba con él y cuidaría de él, aun
estando en la
cárcel
[agarrarse de las barras]
.
—¡Ven y ayuda a servir la cena! —llamó el
carcelero
[José es un buen hombre]
a
José
[confío
en Dios],
y
José
[confío en Dios]
lo hizo.
—¡Ayuda a limpiar cuando todos hayan
terminado! —le dijo el
carcelero
[José es un
buen hombre]
a
José
[confío en Dios]
, y
José
[confío en Dios]
lo hizo.
Cada día el
carcelero
[José es un buen
hombre]
le daba a
José
[confío en Dios]
trabajo
para hacer. Cada día hacía su trabajo sin
quejarse. Y siempre trataba de hacer un buen
trabajo. Antes de mucho, el
carcelero
[José es un
buen hombre]
puso a
José
[confío en Dios]
a cargo
de todos los presos de la
cárcel
[agarrar las
barras]
.
Una mañana
José
[confío en Dios]
notó que
había dos personas más en la
cárcel
[agarrarse
de las barras]
que parecían preocupadas e
infelices. Uno de los prisioneros había sido el
copero
[¡este jugo está bueno!]
del rey. El otro
había sido el
panadero
[¡debo revisar mi pan!]
del rey. Pero el rey se había enojado con ellos y
los puso en la
cárcel
[agarrarse de las barras]
.
—¿Qué les pasa? —les preguntó
José
[confío
en Dios]
al
panadero
[¡debo revisar mi pan!]
y al
copero
[¡este jugo está bueno!].
—Anoche tuvimos sueños extraños
—respondieron—. Y nadie aquí nos puede decir
lo que significan.
—Dios es el único que puede explicar los
sueños. ¿Qué soñaste? —le preguntó
José
[confío
en Dios]
al
copero
[¡este jugo está bueno!]
.
—Soñé con una vid con tres ramas —dijo—.
Había racimos de uvas en las ramas, y exprimí las
uvas en la copa especial del rey y se la di.
—Dios me ayudará a explicarte el sueño
—dijo
José
[confío en Dios]—
. En tres días el rey
te pondrá en libertad, y volverás a tu trabajo en
el palacio.
El
copero
[¡este jugo está bueno!]
sonrió con
una gran sonrisa. ¡Estaba muy feliz!
—Cuando veas al rey, por favor háblale de mí
—le rogó
José
[confío en Dios]—
. Yo no he hecho
nada malo. No debo estar en la
cárcel
[agarrarse
de las barras]
.
Entonces el
panadero
[¡debo revisar mi pan!]
le contó a
José
[confío en Dios]
su sueño.
—Yo soñé que había tres canastas de pan
sobre mi cabeza —dijo—. Había toda clase de
panes sabrosos y pasteles para el rey en la
canasta de encima. Pero los pájaros se los
estaban comiendo.
José
[confío en Dios]
oró en silencio para pedir
la ayuda de Dios.
—Te explicaré el sueño —dijo—. Dentro de
tres días el rey te declarará culpable, y tú morirás.
En tres días el rey celebró su cumpleaños, e
hizo una gran fiesta. Mandó a buscar a la
cárcel
[agarrar los barrotes]
a su
copero
[¡este jugo está
bueno!]
y a su
panadero
[¡debo revisar mi pan!].
LECCIÓN 11
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LECCIÓN BÍBLICA
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