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SEMANA
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inVita
La mano invisible
E
n los escritos del economista y filósofo escocés Adam Smith, se emplea la
imagen de una «mano invisible» para describir las interrelaciones del individuo en
una sociedad capitalista. Cuanto más trabaje alguien motivado por intereses per-
sonales, mayor será el beneficio de la economía en general. Este es uno de los
principios subyacentes de la economía del
laissez-faire
en la que generalmente se
basan las sociedades modernas. Aunque la complejidad de la economía hace que
las causas y los efectos parezcan aleatorios, Smith argumenta que «todo ello»
funciona, atribuyéndolo al efecto de una mano invisible.
Paralelamente, la complejidad de la vida eclipsa la complejidad de la econo-
mía. Si una
mano invisible
se utiliza para describir aspectos económicos, una
mano divina podrá emplearse para describir aspectos espirituales, en especial si
las cosas «funcionan».
En el capítulo 2, Nehemías hace referencia a una mano divina en dos ocasio-
nes: en el versículo 8 y en el 18. En ambos casos, la mano se describe como bené-
fica y se dice que se apoya en el poder del rey.
La providencia de Dios hace su voluntad en nuestras vidas, pero se requiere
cierto discernimiento para distinguir las acciones del Cielo en situaciones coti-
dianas, ya sean seculares o espirituales. Esa mano representa la omnisciencia que
todo lo ve; asimismo, que Dios puede hacer cualquier cosa en razón de su omni-
potencia. Aunque él no esté presente abiertamente en cada caso, sus acciones
podrán percibirse a través de circunstancias especiales. Del mismo modo, aunque
no sean del todo evidentes en nuestra vida, sus acciones pueden observarse a
través del discernimiento espiritual y de las bendiciones especiales que en ella se
manifiesten.