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SEMANA
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inVita
Identificar a los profetas
J
esús dijo: «Cuídense de esos mentirosos que pretenden hablar de parte de Dios.
Vienen a ustedes disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos feroces. Uste-
des los pueden reconocer por sus acciones, pues no se cosechan uvas de los es-
pinos ni higos de los cardos» (Mat. 7: 15-16). Jesús, el Profeta de todos los profetas,
lo dijo. Por chocante y desconcertante que suene, hemos sido llamados a tomar
parte en una guerra espiritual y debemos mantener nuestras armas en alto. Lo
haremos todo el tiempo, verificando si los mensajes de correo electrónico son
basura, si las solicitudes de amistad son falsas, si las ofertas gratuitas son realmen-
te gratis… ¡Nunca lo son!
Debido a que somos digitalmente cautelosos, y más aún cuando observamos
que algunas personas se presentan en nuestra puerta de entrada digital, cuánto
más deberíamos serlo cuando se trata del mundo espiritual.
¿Pero cómo?
Jesús, a través el Espíritu Santo, nos dejó algunos principios para que determi-
nemos si alguien está recibiendo instrucciones de parte de Dios.
1. «Él les dirá todo lo que yo le mande» (Deut. 18: 18-20, RV95).
2. «¡A la ley y al testimonio! Si no dicen conforme a esto, es porque no les ha
amanecido» (Isa. 8: 20, RV95).
3. «Si se cumplen sus palabras se comprueba que realmente el Señor lo envió»
(Jer. 28: 9). «Ustedes los pueden reconocer por sus acciones, pues no se cose-
chan uvas de los espinos ni higos de los cardos» (Mat. 7: 15-20).
4. «El que comunica mensajes proféticos, lo hace para edificación de la comuni-
dad, y la anima y consuela» (1 Cor. 14: 3-4).
5. «Ninguna profecía de la Escritura es algo que uno pueda interpretar según el
propio parecer, porque los profetas nunca hablaron por iniciativa humana; al
contrario, eran hombres que hablaban de parte de Dios, dirigidos por el Espíritu
Santo» (2 Ped. 1: 20-21).
6. «En esto conoced el Espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa que Jesucristo
ha venido en carne, es de Dios» (1 Juan 4: 1-2, RV95).