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a
SEMANA
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inTerpreta
Copia al carbón
L
a siguiente estratagema enemiga consistió en el envío de una quinta carta.
Esta vez, en lugar de una invitación a un diálogo, era una carta abierta. Era común
que las cartas se enrollaran en ambos extremos y se ataran con una cuerda. Se
colocaba un sello de arcilla al nudo para que nadie pudiera leerla. Una carta
abierta indicaba que no había ningún sello, invitando por tanto a todos los que la
transportaban a leerla y a difundir su contenido. En otras palabras, se trataba de
un medio de propaganda a base de insinuaciones y rumores, destinado a causar
alarma a Nehemías y hacerle temer por su reputación.
Es posible que hoy no escribamos cartas con sellos de la misma manera, pero
nuestra comunicación sigue siendo parecida. El equivalente moderno de cartas
abiertas sería las siglas
CC
que aparecen en las cabeceras de los mensajes de co-
rreo electrónico. Irónicamente,
CC
significa «copia de carbón», una reliquia de
una época en que se hacían duplicados instantáneos de documentos utilizando
papel carbón.
Sambalat le envía a Nehemías el equivalente de un correo electrónico con
copias a casi todos los habitantes de la zona, quizás incluso al monarca persa. La
carta lanzaba una acusación, basada en un rumor compartido con Gesem, respec-
to a que Nehemías pensaba rebelarse contra el rey Artajerjes para luego procla-
marse rey de Jerusalén. Era una sugerencia pasivo-agresiva de traición, que haría
que Sambalat se viera bien. Por esos motivos, la carta instruye a Nehemías para que
celebre una reunión con el fin de «consultar juntos».
¿Cómo debe manejar el liderazgo cristiano los ataques a la reputación perso-
nal y los rumores? ¿Qué deben hacer los líderes cuando circulan acusaciones in-
fundadas y rumores maliciosos sobre ellos?
Nehemías no se preocupó por su propia reputación ni por la posible respues-
ta del rey a las acusaciones basadas en rumores. Podría haber enviado mensajes
de respuesta, brindando explicaciones. Pero cuanto más te defiendas en esos ca-
sos, más culpable te verás. La respuesta de Nehemías es incisiva: «Entonces yo le
envié contestación, diciéndole que no había nada de cierto en aquellos rumores,
sino que eran producto de su imaginación» (Neh. 6: 8).
Aquellos eran asuntos que estaban fuera del control personal de Nehemías, o
del de un estratega político o de un experto en relaciones públicas. Como lo
viene haciendo desde el principio de su libro y en todas las emergencias, Nehe-
mías eleva otra oración espontánea, pidiendo fortaleza. La mención de los rumo-
res concluye ahí, y como resultado no hubo repercusiones negativas.
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