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| Lección 5
Lunes 28 de octubre
CONTRA EL ESPÍRITU DE LA LEY
LeeNehemías 5:6 al 8 (ver, además, Éxo. 21:2–7). ¿Por quéNehemías reac-
cionó enojándose?
Pormás que nos cueste entenderlo, la esclavitud era una norma cultural
en el mundo antiguo. Un padre podía hacerse esclavo o vender un hijo. So-
cial y legalmente, los padres tenían el derecho de vender a sus hijos e hijas.
Sin embargo, dado que Dios es el Dios de la libertad, reguló la práctica en
Israel al exigir que los acreedores liberaran a sus esclavos cada siete años.
Así, Dios protegió a las personas de convertirse en esclavos permanentes y
demostró su deseo de que la gente viviera en libertad.
Aunque la Ley permitía los préstamos, no se permitía el cobro de inte-
reses (para normas bíblicas contra la usura, ver Éxo. 22:25–27; Lev. 25:36, 37;
Deut. 23:19, 20). No obstante, el interés que los prestamistas cobraban era
pequeño en comparación con lo que cobraban las naciones circundantes:
se les pedía que pagaran el uno por ciento cada mes. Los textos mesopotá-
micos del siglo VII muestran un interés del cincuenta por ciento anual para
la plata y del cien por ciento anual para los cereales. Por lo tanto, el interés
del doce por ciento anual era bajo, en comparación con la práctica de las
naciones mesopotámicas. Pero en general, de acuerdo con la Palabra
de Dios, lo único que los acreedores hacían mal era cobrar intereses (Neh.
5:10), y curiosamente el pueblo ni siquiera mencionó eso en su queja. Todo
lo demás estaba dentro de la norma social y de las disposiciones legales.
Entonces, ¿por qué Nehemías se enojó “en granmanera”? Curiosamente, no
actuó de inmediato, sino que se detuvo a pensar en el asunto.
El hecho de queNehemías tratara el problema demanera tan decisiva es
sumamente admirable. No desestima una queja solo porque la situación téc-
nicamente no infringe la Ley o es socialmente aceptable, e incluso “buena” en
comparación con las prácticas de la región. Era el espíritu de la Ley lo que se
transgredió en esta situación. Especialmente durante una época de dificul-
tades económicas, el deber del pueblo era ayudarse mutuamente. Dios está
de parte de los oprimidos y necesitados, y tuvo que encargar a los profetas
que hablaran contra los males y la violencia cometidos contra los pobres.
¿Cuáles son las formas en que, incluso sin querer, podemos seguir la letra de la Ley
y al mismo tiempo violar el espíritu que está detrás de ella? (Ver Miq. 6:8.)