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M
iren la
nueva
ropa
de José. Vean los
colores brillantes. Esa
ropa especial es para
José.
—Gracias, gracias,
padre —dice José—.
Me gusta mi nueva
ropa.
—José no es un rey
—dicen los hermanos
grandes—. ¡Esa ropa es
demasiado buena para
José!
Pero Dios está con
José.