110 LECCIÓN TRECE
Experimentando la historia
Al relatar la historia, pida a sus alumnos que
participen haciendo lo siguiente cuando
corresponda:
Cuando diga: Los alumnos:
María,
o bebé Jesús
Moverán los brazos como
meciendo a un bebé.
José
Levantarán los dedos
pulgares.
Sabios de oriente,
magos
Se tocarán la frente.
Practiquen hasta que sus alumnos estén seguros
de haber aprendido las instrucciones. Un adulto
puede ayudar si es necesario.
Relate la historia
Durante algún tiempo después del nacimiento
de
Jesús
,
José
y
María
vivieron en Belén. Se
cambiaron del establo a un lugar mejor.
Y María
pensaba con frecuencia en la visita nocturna de los
pastores. Unas semanas más tarde vino otro grupo
de visitantes a ver a
Jesús
. Sucedió así...
La noche cuando nació
Jesús
, unos
sabios
provenientes de un lugar distante de Judea estaban
estudiando el cielo. De pronto vieron una luz
extraña que se deshizo. Al irse desvaneciendo,
apareció una nueva estrella. Estos
sabios,
llamados
magos, habían estudiado las estrellas por mucho
tiempo. Pero aquella estrella era una que no habían
visto antes. Al ver esa luz y esa nueva estrella
brillante se llenaron de curiosidad. Comenzaron
inmediatamente a estudiar los viejos escritos.
Pronto descubrieron una vieja profecía acerca de
una «Estrella de Jacob» y un «cetro» que se
«levantaría de Israel» (Números 24:17). Se
preguntaban si esa nueva estrella podría ser el
cumplimiento de la profecía. ¿Podría ser una señal
del Mesías prometido del que los judíos habían
hablado durante tantos años? Concluyeron que lo
era.
A través de sueños, Dios les dijo a los
magos
que fueran a buscar al niño recién nacido, que era
el Mesías. En su país se acostumbraba dar regalos a
los príncipes, reyes y otras personas importantes.
Así que los
magos
llevaron consigo oro, incienso y
mirra. Le darían estos costosos regalos al Salvador
prometido.
Viajaron de noche a fin de guiarse por la estrella.
Cuando hacían un alto durante el día, continuaban
estudiando las profecías acerca de
Jesús
. Cada vez
estaban más y más convencidos de que aquel niño
era el Prometido.
Después de muchos días, los
sabios
de Oriente
llegaron a Jerusalén. Allí parecía que la estrella
estaba sobre el templo. Entonces fueron a ver a los
sacerdotes y gobernantes. «¿Dónde está el rey de
los judíos que ha nacido?», les preguntaron. Pero
nadie parecía saberlo.
Cuando el rey Herodes escuchó acerca de
aquellos hombres
sabios
que venían del Oriente, les
preguntó a los sacerdotes y dirigentes judíos. A
través de ellos se enteró de que el profeta Miqueas
había dicho que aquel niño habría de nacer en
Belén.
Herodes habló con los
magos
y los envió a
Belén. Les dijo:
—Cuando encuentren al niño, regresen a decirme
dónde está. Yo también quiero ir a adorarlo.
Pero el rey Herodes estaba mintiendo. Él no
deseaba un rey judío. ¡Quería matar a
Jesús
!
Así que estos hombres
sabios
viajaron a Belén.
Allí encontraron a
María
,
José
y al
bebé Jesús
.
Aquellos magos no eran judíos, pero reconocían
que
Jesús
era aquel que Dios había prometido.
Entonces se arrodillaron y lo adoraron. También le
entregaron sus regalos.
Pero antes de que se fueran de Belén, Dios les
habló mediante otro sueño. «No regresen a ver a
Herodes. Vuelvan a casa por un camino diferente»,
les advirtió.
Días más tarde, Herodes se dio cuenta de que
los
magos
no iban a regresar a Jerusalén y se enojó
en gran manera. ¡Tenía que encontrar al niño!
Lección bíblica
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