MISIÓN ADVENTISTA: JÓVENES Y ADULTOS
DIVISIÓN SUDAMERICANA
7
Paraguay
13 de abril
T
emor
a
plantar
iglesias
Hugo Sanz sintió mucho temor cuando su pastor
lo invitó a plantar una iglesia en un vecindario sin
presencia adventista en Asunción, la capital de
Paraguay.
El hombre de cabellos plateados, que se
desempeñaba como director de seguros del Sanatorio
Adventista de Asunción, había trabajado durante
veinte años en la Iglesia Adventista Central, la iglesia
más grande de la ciudad, que contaba con unos
trescientos miembros. Pero nunca había trabajado
para Cristo con personas que no fueran de la iglesia.
«Tenía miedo —nos cuenta—. No me sentía capaz de establecer y dirigir una iglesia solo».
Habló del tema con su esposa, que había ganado cierta experiencia con personas de otras
religiones después de trabajar con la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales
(ADRA), así que ella aceptó ayudarlo.
Hugo estuvo orando durante varias semanas y comenzó a tener sentimientos de culpa al
percatarse de que el sitio propuesto para la nueva iglesia en el vecindario de Nueva Sajonia
estaba ubicado a solo dos cuadras de su casa. Así que, decidió llevar a cabo el esfuerzo de
plantar una iglesia allí.
«Comencé esto con sentimientos de temor y culpa —dice él—, pero con la ayuda de Dios
y de otros hermanos, lo hicimos posible. Vinimos aquí, vimos la necesidad y comenzamos a
trabajar».
Los primeros pasos fueron pequeños. Alquilaron un local para convertirlo en un centro de
influencia en el que dictaban clases de cocina saludable y cursos para dejar de fumar. Tanto él
como otros miembros de la iglesia se hicieron amigos de las personas del vecindario.
La noticia sobre el nuevo centro comunitario comenzó a extenderse. Un miembro de la
iglesia creó una página en Facebook y comenzó a publicar fotos. Nuevo Tiempo, la emisora
radial local filial de Esperanza Radio, perteneciente a la Iglesia Adventista, también los apoyó
con publicidad.
En el año 2015, luego de un arduo año de trabajo, comenzaron a adorar a Dios en el
centro de influencia los sábados. A estas reuniones las llamaron: «Un día lejos del mundo».
«Este es un día en el que la gente puede olvidar su estrés y enfocarse en la Biblia —dice
Hugo—. Cantamos y estudiamos la Biblia. De esta manera, los que asisten a nuestros
seminarios de salud entienden que somos personas saludables porque seguimos los consejos
de la Biblia. Entonces, se interesan por conocer a Dios y por practicar el hábito de orar».
A medida que estudiaban la Biblia, los miembros de la comunidad se sorprendían al
descubrir en sus páginas consejos prácticos de salud. Aprendieron que para tener buena salud se
requiere una dieta adecuada, pero también es imprescindible gozar de la paz que solo la oración y
la confianza en Jesús nos pueden brindar. Algunos de sus versículos favoritos son 3 Juan 2, que
dice: «Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas y que tengas salud, así como
prospera tu alma», y Filipenses 4: 7: «Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento,
guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús».
Lamentablemente, fueron víctimas de robo y esto entorpeció el trabajo en el centro
comunitario durante el año 2016. En cuatro oportunidades los ladrones rompieron las
Hugo Sanz