que ejercen, y en cómo contribuyen para que
el «cuerpo» funcione.
Cuando todos hayan terminado de colocar
los nombres de las partes del cuerpo, dibujemos
la silueta de una persona en un pizarrón o
rotafolio y pidamos a los grupos que compartan
sus sugerencias con el resto de la clase.
Discutamos estas sugerencias a medida que son
presentadas. Pidamos a los estudiantes que se
incluyan en el diagrama: ¿Qué papel podemos
desempeñar en el «cuerpo de la iglesia»?
PRÁCTICA
A. ACTIVIDAD PRÁCTICA
Preguntemos: Ya hemos hablado del ideal,
que es lograr que toda la iglesia trabaje
unida como las partes del cuerpo humano;
y también de la realidad de que a veces
no nos llevamos como deberíamos.
A continuación vamos a intercambiar
ideas, y quiero que piensen en esta iglesia
a la que asistimos cada semana. ¿Cuáles
son las cosas que nos dividen, que
hacen que las personas se peleen y
que evitan que podamos trabajar unidos
como deberíamos?
Demos varios minutos para que los
estudiantes hagan sus sugerencias. Podemos
dar algunos ejemplos para guiarlos; por ejemplo,
que existen iglesias divididas por diferencias
raciales o culturales, y otras donde los jóvenes
sienten que los adultos no los entienden. No
olvidemos los ejemplos menos evidentes,
especialmente si estos tienen que ver con los
jóvenes; como por ejemplo, que algunos grupos
de adolescentes están divididos entre los
«populares» y los que no lo son; o entre los que
van a escuelas públicas y los que van a escuelas
privadas. Mencionemos unos pocos ejemplos,
pero dejemos que los estudiantes piensen sus
respuestas sobre las divisiones que encuentran
en la iglesia.
Después que hayan hecho sus sugerencias
(las que podemos escribir en el pizarrón o en el
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rotafolio frente a la clase), escojamos el
problema que parezca ser el de mayor
relevancia para los alumnos.
Preguntemos: ¿Qué cosa práctica podemos
hacer como miembros de la Escuela
Sabática de preadolescentes para ayudar a
la gente a acercarse y entenderse mejor
entre sí?
Nuevamente podríamos ofrecer algunos
ejemplos que ayuden a entender mejor la idea,
como planificar un culto de adoración
multicultural o una actividad social en la que
los miembros puedan experimentar la cultura
de los demás; organizar equipos integrados
por adolescentes y personas mayores o una
actividad conjunta que fomente el buen
entendimiento.
Escojamos una actividad que estimule la
imaginación de los miembros de la clase, e
invirtamos tiempo para planificar cómo la
implementaremos.
B. PREGUNTAS PRÁCTICAS
1. ¿Qué tipos de personas son para nosotros
las más difíciles de entender en nuestra
iglesia y con quienes se nos hace más
difícil trabajar? ¿Por qué?
2. ¿Alguna vez hemos visto a dos o más
grupos superar sus diferencias para
trabajar en equipo? ¿Cómo lo lograron?
3. Piensa en algún grupo o equipo al que
hayas pertenecido y con quienes hayas
trabajado a gusto. ¿Qué los unió? ¿Eso
que funcionó para ese grupo, podría
funcionar para la iglesia?
4. ¿Qué efecto tiene en los nuevos
conversos (incluyendo los adolescentes
como nosotros) que los miembros de una
iglesia no se lleven bien y se la pasen
discutiendo? ¿Qué le diríamos a un amigo
recién convertido que se ha desanimado
al ver a los adultos de la iglesia
discutiendo?
5. ¿Sentimos que «encajamos» y que
tenemos un papel que desempeñar
en nuestra iglesia? Si no es así,
Lección 8
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Para el sábado 25 de mayo de 2019 - La iglesia, nuestra familia
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